En la conversación de Dios con Adán, se determinó una escala de autoridad sobre toda la creación. Claramente Adán entendió que iba a ser autoridad sobre lo que Dios estableció, y la mujer se sometería a esa autoridad como una forma de conducir el proceso de dominio de la creación como una misión adjunta a la de su marido. Como ya he dicho, la familia precede a cualquier gobierno humano y, por lo tanto, la familia es la primera figura de autoridad sobre toda la creación.

El hombre es la figura de autoridad que conducirá la administración de la mujer a un propósito común, que es discipular a los hijos para las generaciones futuras. La mujer necesita un liderazgo con autoridad y el hombre necesita una administración sabia. Sobre Adán, solo Dios era la mayor autoridad. Sobre Eva, Adán era la figura de autoridad. Sobre la creación y el sistema, la familia era la figura de autoridad. Sin embargo, para que el hombre pueda tener autoridad, primero necesita autogobernarse ante los factores que se presentan. Toda autoridad se basa en los principios morales y espirituales que Dios establece. Si se descuida algún principio espiritual o moral, se niega la autoridad.

Con esto, la primera figura de autoridad de una sociedad es la familia. El primer estatuto de un gobierno de autoridad es respetar los valores familiares que las escrituras han dibujado en el Edén. Según la escala de autoridad, es el tamaño de la responsabilidad. Cuando un padre de familia pierde la autoridad y es marginado, la mujer tiene que asumir ese peso, los hijos han sufrido las consecuencias y la sociedad se desestructura corrompiendo los sistemas gubernamentales.

En la caída registrada en el capítulo 3 de Génesis, entre líneas hay una clara negociación de autoridad. La serpiente entró a escondidas como visitante en el hogar de la pareja. La tradición de los judíos sitúa a la serpiente como un simbolismo de ocultismo, un instrumento de poder espiritual que lleva a la gente a ser engañada. Mera creencia, porque el problema no era la serpiente, sino la intención de quien usó el animal. Podría haber sido una araña, una rana, incluso un ornitorrinco, sin embargo, la Biblia juzga la intención detrás de la acción. La serpiente fue Dios quien creó, y las escrituras comparan la prudencia y el cuidado de la serpiente con la vida vigilante del cristiano (Mateo 10*16).

Allí, en la casa de la pareja con la cobertura de Dios, el diablo comenzó la conversación con Eva de una manera interesante, haciendo que la orden de Dios sea absurda: “¿no comerán de todos los árboles del jardín?” La prohibición era solo para un árbol, pero el diablo arrojó todos los árboles en el paquete. Como si dijera “¡Dios es malo, porque Él quiere que no tengas acceso a nada!”. Pero Dios nunca dijo tal cosa, solo se limitó a un árbol, es decir, ya tenían una autoridad amplia (Génesis 1 * 28-30) ya no había necesidad de desear ser más grande.

No me entenderé en este hecho, esta será una conversación para una próxima oportunidad, pero quiero enfatizar que tener autoridad requiere humildad, donde en todas las Escrituras, Dios nunca quiso que el hombre dejara de ejercer su autoridad original dada por la Trinidad, sino que la hiciera correctamente. En la negociación del Edén sobre la autoridad, el diablo propuso a la pareja que tener autoridad sin respetar los límites que Dios determinó “ciertamente no morirás” los llevaría a una vida mucho mejor y más placentera. Ese es el atractivo del sistema del mundo, es decir, la creencia de grandes logros, pensamientos ilimitados, rituales religiosos y libre albedrío introducirá al hombre en una espiritualidad increíble y una vida libre de cualquier incidente que lo condene. 

“El mundo, las familias, las generaciones necesitan hombres de valor y carácter. ¡Tener un encuentro con Dios y Su carácter requiere un esfuerzo y la montaña forja niños en hombres, débiles en fuertes, suben personas sin destinos y descienden como guerreros Gladiadores!”